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¿Vale la pena rescatar al CSIC? (Incluye encuesta)

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El CSIC está metido en un problema económico grave en el que no voy a incidir por haber sido suficientemente publicitado. Como resumen baste decir que la entidad requiere 75 millones de euros para que los proyectos científicos puedan desarrollarse con normalidad de aquí a final de año, y el ministerio sólo ha prometido 50. Según el Presidente de la entidad, Emilio Lora-Tamayo, si no se consigue esa diferencia, se podría llegar al cierre de la institución.

Los recortes sufridos en el CSIC, de más de 500 millones de euros en apenas 4 años, con una pérdida de más de 1.200 empleos, se engloban dentro de la dinámica general de recortes que han sufrido otros temas de gran calado social, bienestar y desarrollo, tales la sanidad o la educación. La ciencia ha sufrido ese impacto de tal forma que en estos momentos todo el sistema científico nacional está seriamente comprometido. De eso venimos hablando desde hace mucho en este medio. Está claro que entre las prioridades de este gobierno no se encuentra la ciencia, los políticos que dirigen la nación no entienden que la I+D sea un motor de desarrollo. Me gustó mucho como expresa Jorge Wasenberg esa cortedad de miras en una cita incluida en el estupendo artículo de César Molinas para El País:

los países ricos hacen ciencia para ser ricos, mientras que los países pobres creen que los países ricos hacen ciencia porque son ricos

Añade Molinas: “En otras palabras, los políticos de la segunda categoría no tendrían la misma concepción cateta de la ciencia que los de la primera y sabrían que los recortes en ciencia de hoy impedirán pagar las prestaciones sociales de mañana y, por tanto, que el gasto en ciencia debería ser prioritario.” En eso coincidimos todos aquellos que tenemos alguna relación con la ciencia, porque vemos día a día la cantidad de invenciones, descubrimientos y puertas de futuro que se abren con esta actividad. Puedo entender que alguien que es completamente ajeno a la ciencia se pregunte, ¿pero por qué tenemos que gastar impuestos en el CSIC?, si caen empresas, ¿por qué no dejar caer también al CSIC? Para contestar esa pregunta deberíamos tomar una balanza y poner en un platillo los beneficios y en la otra los costes, para después mirar la balanza y comprobar hacia donde se inclina. Me limitaré a llenar los platillos de la balanza y dejaré que sean los lectores quienes saquen sus propias conclusiones:

Platillo de beneficios:

El CSIC es la mayor entidad de investigación en España, es difícil encontrar grandes retos científicos españoles en los que de una manera u otra, no esté relacionado algún científico del CSIC. El CSIC aporta el 20% de toda la producción científica nacional y el 40% de las patentes nacionales. La contribución principal de la institución se centra en la ciencia básica, pero también aplica dicha ciencia a desarrollos tecnológicos, en ocasiones en campos de gran impacto social y de poco apoyo empresarial privado, como por ejemplo el estudio de las enfermedades raras o el desarrollo de energías alternativas al petróleo.

¿Cuál es el campo de actuación del CSIC? Muy extenso, cubre casi todas las áreas del saber con proyectos punteros en todos ellos: participa en las excavaciones de Atapuerca que aportan datos cruciales para entender nuestros orígenes, en excavaciones arqueológicas en Egipto o Roma, posee buques oceanográficos con los que se realizan estudios del impacto del calentamiento global, o los recursos pesqueros oceánicos, participa en el diseño de vacunas contra enfermedades como la gripe o el SIDA, posee estaciones experimentales agrícolas para incrementar la tasa de producción vegetal o combatir plagas que diezman los cultivos, participa en el conocimiento del cosmos desde diferentes observatorios astronómicos o en el conocimiento de la estructura de la materia desde instalaciones de aceleradores de partículas, tiene un centro dedicado a la neurobiología, donde se buscan remedios al Alzheimer o al Parkinson, en sus centros se estudian y desarrollan nuevos materiales, incluyendo las propiedades y usos del grafeno, entre otras muchas. De hecho son tantas que escribir este corto listado supone dejarse fuera tantas líneas de investigación punteras (no por la importancia, sino por intentar no extenderme demasiado) que algún investigador participante en las misma puede molestarse al no ver reflejado su importante trabajo en este artículo.

Estas áreas de ciencia básica han generado aplicaciones que repercuten en la sociedad, incrementando su bienestar. Por citar algunas de esas aplicaciones (de nuevo me veo obligado al resumen) tendríamos los test de diagnóstico rápido de la intolerancia a la lactosa; los enzibióticos (enzimas que matan bacterias patógenas que proceden de bacteriófagos y que se presentan como alternativa a los antibióticos); test de detección precoz de enfermedades raras; la polimerasa del fago Phi29 (la patente más rentable de la historia de España, y un claro ejemplo de la importancia de la ciencia básica) que se emplea para secuenciación de genomas, prácticas forenses o pruebas de paternidad; desarrollo de ratones (informáticos) que pueden permiten a los enfermos de Parkinson o esclerosis múltiples puedan emplear ordenadores; participación en tareas de descontaminación y restauración de ambientes contaminados como la zona de Aznalcóllar, fabricación de productos alimenticios a partir de pescado procesado, como la gula; reactores de microactividad para medir actividad catalítica, una referencia internacional, con 190 unidades trabajando en diversos países del mundo, etcétera, etcétera, etcétera. Sólo queda disculparme de nuevo por los que me he dejado, que son muchos.

Platillos de costes

El funcionamiento del CSIC (antes de los recortes) oscilaba en una cantidad cercana a los 800 millones de euros. Cabe resaltar aquí que es necesaria una reestructuración de la institución para eliminar costes y eliminar “tics” que arrastra del pasado, eso es importante hacerlo, pero hay que acometerlo cuando el barco flota, si la nave tiene agujeros lo que urge es tapar las brechas. Además una reestructuración seria seguramente implique una inversión inicial (que muy posiblemente se recuperen si los cambios están bien diseñados), palabra que produce alergia en estos momentos. Ahora mismo se precisa sacar a flote el navío. Y para ello se necesitan 75 millones de euros, y si confiamos en las palabras de Carmen Vela o Luis de Guindos, la institución no caerá. De momento existe una promesa de 50 millones de euros, pero aún quedan otros 25 millones que no han sido comprometidos. ¿Es demasiado caro, es una cantidad desorbitante, qué suponen 25 millones en el conjunto del presupuesto nacional español?

Cuando uno se maneja cifras tan grandes es fácil perderse. Para cualquiera de nosotros (incluido Bárcenas) 25 millones de euros es una suma enorme de dinero (a pesar de que a algunos se les ha pedido esa fianza similar para abandonar la prisión). Pero cuando vemos las cifras de forma global en la economía nacional, ¿supone mucho dinero? Veamos algunas cifras

El Producto Interior Bruto (año 2012) nacional fue de aproximadamente 1 billón de euros. Dos partidas tan importantes de cubrir, como el desempleo o las pensiones se llevan 28.500 millones y 120.000 millones, respectivamente. El dinero público inyectado a los bancos (que son empresas privadas) fue 55.570 millones de euros. La subvención otorgadas a los toros fue de 700 millones de euros. Las televisiones públicas gastaron 2.130 millones de euros y cada kilómetro de AVE cuesta 14.4 millones de euros. Tampoco estaría de más recordar lo que se gasta en España en algunas obras, como autovías a 22 millones el kilómetro, aeropuertos mediterráneos sin aviones de 150 millones o pistas de aterrizaje en llanuras manchegas a 500 millones de euros. Como anécdota “curiosa” sirva el dato que dice que el Gran Premio de Fórmula 1 de Valencia del 2012 costó al erario público 39 millones de euros.

Porque cuando empiezan recortes, y la sanidad, la ciencia o la educación se ven amenazadas, uno se pregunta hacia dónde van nuestros impuestos. Y para la mayoría de nosotros eso está más o menos claro, lo que no queda nada claro es dónde están los impuestos que deberían ir a parar en las arcas de hacienda, pero que no acaban allí. Los clubs de fútbol deben 3.600 millones de euros, alguien podría argumentar que son empresas privadas que deben gestionar la deuda como puedan, pero lo cierto es que también deben 752 millones a hacienda. A pesar de esas deudas cada final de temporada asistimos a unas cifras de traspasos mareantes, indignantes para los tiempos que corren: que si 57 por Neymar, 30 por Illarramendi y podemos seguir con otros nombres y otros clubs de fútbol. Y eso arrastrando deudas. Es imposible saber con exactitud la cantidad que escapa a hacienda (de cuyos impuestos se nutre aquello que se está desmantelando), algunos cálculos estiman que podría ser un valor similar al PIB español, otro billón de euros. Sólo con que se recuperara el 30% de esa cantidad (lo que situaría el control fiscal al nivel de Francia), se ingresarían 300.000 millones de euros más a las arcas pública. Con ello podríamos decir lo de Supertramp: “Crisis, what crisis?”

Como último apunte antes de que miréis la balanza y saquéis conclusiones decir que los costes asistenciales se reducen enormemente cuando se acometen descubrimientos que eliminan o palian graves enfermedades, así en año 2012 se gastaron 14.000 millones de euros en el coste asistencial del Parkinson.

Cuando hayas sacado tu conclusión déjala en la encuesta, por favor:

Puedes difundir esta noticia meneándola AQUÍ

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